IRA #2, Pacto

Forraco (por Verreaux)

Robert por consejo de los hermanos Lubec dormía con una mano en la funda de la pistola y la otra aferrando la linterna. Salto de su hueco tan rápido y en el mismo movimiento prendió la linterna y saco la pistola, solo un detalle salio mal, el barro a la entrada del hoyo, Robert se resbaló perdiendo todo lo que llevaba en las manos. Al suave susurro del viento entre los árboles, se sumo la carcajada del ser que se encontraba en la oscuridad.

Luego de esos minutos tontos, logró encontrar en la oscuridad la linterna y apuntar hacia donde venia la voz, lo primero que vio fueron dos ojos verdes, de tamaño normal mirándolo, mientras que la adrenalina que le faltaba descargar se difundía sobre su cuerpo movió lentamente el foco de luz hasta los ojos. Era un Zorro.

-Humano, ¡no me ilumines directamente!, necesito mis ojos-

-Perdón, ¿Zorro?, no estoy seguro de lo que eres- rápidamente Robert hecho un vistazo alrededor para cerciorarse de que no había mas Zorros por la zona, ni ningún otro animal. Todo despejado.

-Humano no entiendo tu balbuceo-

-¿Cómo que no me entiendes?, estas hablando perfecto castellano como yo-

-Escucha y entiende, una de las cualidades de IRA es que los animales podemos hablar, en realidad, no hablamos tu idioma, lo que hacemos es expresarnos en un Lenguaje… Universal, si Universal, no decimos palabras, expresamos lo que queremos comunicar, así que cállate y concéntrate en expresarte y no en hablar tu idioma-

Robert no sabia que hacer, por un lado su intuición le decía que estaba bien, que el Zorro era un buen animal, por otro lado la adrenalina que se estaba consumiendo en su cuerpo lo mantenía en un estado de alerta casi histérico y le confería temor acerca del Zorro. Busco su arma y le apunto a el Zorro sin dejar de iluminarlo, se concentro en lo que quería expresar, paso el tiempo, paso la noche y cuando la luz solar apareció en el horizonte, solo pronuncio: “Zorro”.

-Muy bien humano, me has llamado por mi nombre, es todo un avance, pensé que no oías-

En realidad Robert había dicho “Zorro” en perfecto español, pero lo más importante es que logro expresarse, ponerle sentido y sentimiento a sus palabras, utilizar el “Leguaje Universal”.

El amanecer mostró la falsa soledad que compartían los dos seres, la luz mostraba el mundo en movimiento que se ocultaba bajo la noche, el hueco del árbol que parecía vació estaba lleno de insectos que Robert no vió, el árbol con vistosos pájaros y otros seres lo miraban en silencio, el bosque lo miraba en silencio. Solo un instante y la vida siguió con su flujo.

-Bienvenido humano a IRA, buena suerte en tu viaje y espero que encuentres lo que buscas-

-Yo no estoy en búsqueda de algo-

-Entonces, ¿por que hiciste un viaje?, es algo tonto decir que no estas buscando algo, puede ser que no lo sepas todavía pero en algún momento lo encontraras-

-¿Cómo sabes eso?

-Es evidente para mi, ja ja, un solo concejo este día, muévete de este bosque, aquí habitan los Forracos y serias una gran presa para ellos-

-Forracos- Robert repitió lentamente el nombre.

En ese instante Robert saboreó una de las cualidades del Leguaje Universal, al expresar una cosa a alguien que no lo sabe, no solo se dice el nombre, sino que uno trasmite lo que sabe sobre esa cosa. Una serie de imágenes de un pájaro gigante, perecido al avestruz, omnívoro, más inteligente, voraz y peligroso que otro pájaro conocido invadió su mente.

Robert no espero a conocerlos en persona, agarro su mochila, cargo el rifle y se dispuso a salir del bosque lo más rápido posible, no quería tener sus propios recuerdos acerca de los Forracos.

-¿Hacia donde Zorro?-

-Existe un edifico, construido por los tuyos hace mucho tiempo, que podría servirte de refugio-

El Zorro y Robert corrían a la par, hacia el este según la brújula, el bosque era mas espeso en esa zona. Escucho el sonido del bosque para darse cuenta de que en realidad no se oía nada, solo su respiración y sus pisadas, hasta que un grito desgarrador inundo el aire, con miedo, con odio.

-¡NO!-

-¡Forracos!- Grito el Zorro mientras aceleraba su paso hasta casi perderse de vista.

Robert no pudo resistirse a mirar hacia atrás, una silueta borrosa y roja, ¿roja?, se diviso a lo lejos en los árboles, pero los Forracos no eran rojos, no le prestó atención y siguió corriendo.

Minutos después se escucharon pisadas, parecidas al galope de un caballo, mas cortas, algo muy rápido venia. Por segunda vez miro hacia atrás y confirmo que sus miedos estaban acertados. Dos Forracos, corrían, movidos por lo mismo que los hizo gritar, sus grandes patas acortaban la distancia con Robert que tiro la mochila en un esfuerzo de ir más rápido.

Casi instantáneamente llego al edificio del cual el Zorro le había hablado, era enorme, de piedra, no paró hasta que entró en el, Encontró un patio interior, gigante, con un estanque en el medio. La ocasión no ameritaba quedarse, siguió por un enorme umbral, buscaba una cueva, un refugio, cualquier cosa donde resguardarse. No había nada, decidió trepar por una pared medio derrumbada hasta el techo a unos diez metros del piso. El techo, donde todavía quedaba techo, parecía algo estable así que Robert camino por el en busca de alguna escapatoria.

-No eres el único capaz de trepar hasta aca, humano, ¡Ladrón!- las bestias, salidos de quien sabe donde aparecieron en el techo.

-queremos a nuestras crías, te vimos robarlas humano- Robert miraba desesperadamente a los Forracos, las palabras no le salían de la boca, no podía moverse, únicamente mirar los hermosos ojos de los animales, bellos y profundos, hipnotizantes.

Las bestias saltaron al unísono hacia Robert, que lo único que logro hacer fue tirarse boca abajo.

En ese momento el mundo se derrumbo.

Pasaron minutos, horas, quizás días. Robert abrió los ojos, veía un cielo azul enmarcado en techo. Habian caído y milagrosamente no había muerto, con mucho dolor giro la cabeza y la adrenalina comenzó a invadir su cuerpo otra vez. Un Forraco estaba parado cera de el pero no lo miraba, veía al piso donde su pareja yacía muerta.

-Me has hecho mucho daño este día humano- Robert se incorporó lentamente mientras buscaba su arma.-pagaras por lo que hiciste hoy-

-No soy el ladrón que buscas Forraco, yo no hice nada-

-¡Mientes!, vi, tu inmunda piel roja a través de los árboles, mientras robabas a nuestras crías del nicho- Robert miro su ¿inmunda piel roja?, su campera, era parte del equipo que le suministraron los hermanos Lubec, pero también a los otros que iban a IRA.

-Mi piel dices Forraco, esto no es una piel, es una campera, mira- Se saco la campera y se la tiro a los pies del animal.-Hay seis humanos mas en esta tierra que tienen algo así, yo no fui el que te robo-

La bestia se acerco a Robert lentamente, ya no había escapatoria, estaban tan cerca que lo único que veía era la expresión de odio en el animal.

-¡Espera Forraco, tengo algo para ti!-el Zorro había aparecido arrastrando la mochila de Robert.

El Forraco corrió hacia la mochila, se detuvo en seco y con una habilidad única para el tamaño del animal, abrió la mochila y la vació con su pico, lentamente, casi con cariño.

-Los huevos no están- concluyo al vaciar completamente la mochila -pero yo te vi, te olí-

-Lo que oliste fue la campera, pero esas huelen todas iguales-

El Forraco levanto la vista al cielo, que se ponía cada vez mas oscuro, miro a su pareja muerta y por ultimo a Robert –No eres a quien busco, pero necesito tu ayuda humano, no puedo matarte porque primero tengo que encontrar a mi progenie, búscalos tu también- Salio lentamente de la sala sin mirar atras.

Robert busco sus objetos y salio al patio con el Zorro –gracias Zorro, me salvaste la vida-

-El Forraco salvo tu vida humano, yo solo ayude un poco-

La noche caía, la luna se reflejaba hermosamente en el estanque, mientras que las luciérnagas bailaban a su alrededor. Los dos seres se quedaron mirándola hasta que una luciérnaga se acerco al oído de Robert

-Piedra, piedra, piedra-

-¿Piedra?- Robert contemplo a las luciérnagas y sintió un suave susurro:
”piedra”.

La luna no se reflejaba en el estanque sino que había algo en el fondo que brillaba con luz propia

El Zorro hablo en ese momento –Eso que esta en el estanque es tuyo humano-

Robert lo miro -¿como sabes que es mio?-

-¿Cómo sabes que no es tuyo?-

Robert se metió y llegó hasta el fondo, encontró la piedra y la saco. Parecía más un collar con una piedra redonda y plana en el medio, extrañamente familiar al ojo de un Forraco. Sintió deseos de tirarla de nuevo al estanque, pero no lo hizo, la agarro fuertemente en su mano y luego se la colgó en el cuello.

-Haz hecho un pacto y comenzaste una relación con ese Forraco humano, debes cumplirla-

Robert miro la piedra y se pregunto si su estancia en IRA seria tan movida como el primer día.

IRA #1, In Limine

vista de IRA (hecha por *Sonkite)

Un día especialmente horrible, caminado hacia su trabajo, aguantando por no golpear al gordo chofer que al parecer se colgó de su bocina, Robert Clarke vio una tienda, una tienda que había pasado desapercibida tantas veces que parece increíble que este allí.

Tenia un aspecto desganado, una tienda que parecía todo lo contrario a una tienda, un escaparate sucio, olvidado, una puerta desgastada, como diciendo: “no entres, no entres”.

Una vieja fotografía mostraba un bosque viejo y sombrío. Estaba escrito en el vidrio del exhibidor “Tierra de IRA el único lugar del mundo con magia, el mejor lugar del mundo para conocer”.

Robert se acordó lo que es la tierra de IRA, fue uno de las ultimas “tierras perdidas” que se encontraron, un gran suceso en su época, “el único lugar con magia en el mundo”, los testimonios que trajeron los descubridores, dos hermanos con un apellido que Robert no se acordaba, eran increíbles, una serie de animales fantásticos, capaces hasta de hablar, un mundo perdido en este mundo. Los dos hermanos ganaron el derecho sobre esas tierras y hubo una gran multitud de personas que deseaban pagar por visitar esa tierra. El único detalle que no notaron es que los dos hermanos apenas habían salido con vida y que la tierra además de ser el lugar mágico del mundo, era el lugar más peligroso de este. La cantidad de personas muertas y a su vez la cantidad de demandas que tuvieron los dos hermanos, que quedaron al borde de la banca rota y desaparecieron.

Robert no se pregunto nunca por que entro, pero lo hizo, cinco minutos tarde al trabajo no iban a cambiar nada, así que entro. Se sentía en una versión distorsionada de “la isla de la fantasía”. La primera impresión que recibió del ambiente fue como retroceder en el tiempo 50 años, había fotos antiguas en sepia en las paredes, instrumentos de camping muy viejos y gastados, una nube de polvo que resaltaba los rayos dorados del sol que se colaban por la ventana.

-Buenos días señor, ¿en que le puedo servir?- había un hombre, detrás del mostrador pero en la parte oscura, así que Robert no lo había visto cuando entro. Después de preguntarle el hombre, que resulto ser un anciano, se movió hacia la luz, parecía viejo como el padre tiempo, pero duro como un árbol, mostraba que en el pasado había sido un hombre fuerte.

--Soy Adam Lubec, ¿Qué desea saber sobre IRA?-¿Lubec? ese era el apellido de los descubridores.

-¿Adam Lubec, usted es pariente de los descubridores de IRA? –

-Ja ja señor, soy uno de los descubridores de IRA, puede parecer que se haya descubierto hace siglos pero fue solo hace 60 años.-

-¿Todavía hay viajes a IRA?-

-Si señor, cada generación hay un grupo de personas que quieren ir a IRA y nosotros no podemos negarnos a que descubran esa tierra-

-¿pero no es una tierra de peligros?-

-Muchísimos peligros ¿señor….?-

-Robert Clarke-

-Señor Clarke, IRA esconde cosas totalmente diferentes, extrañas y peligrosas, describirla es imposible, la única forma de conocerla es estar en ella.-

-¿Pero, hay gente que todavía quiere ir?-

En ese momento otro viejo salio de una puerta trasera de la tienda, parecía más viejo que Adam pero su rostro estaba más curtido y endurecido, ¿por el tiempo, las circunstancias?

-Señor en cada generación- Hablo el segundo viejo, Robert supuso que era Brian Lubec- existe un grupo de personas que sienten la necesidad de ir a IRA, ¿Por qué?, cada uno lo descubre al final de su viaje, nosotros le podemos brindar el primer paso, dejarlo en IRA con los suplementos suficientes para que no lo pase mal, pero que va a vivir en IRA no se lo puedo decir por que no lo sabemos. Esa tierra es como un gran anfitrión, cada invitado es atendido perfectamente y cada uno vive una experiencia única-

Los dos hermanos se rieron al unísono y le entregaron unos folletos a Robert.

Robert salio de la tienda sin decir más, una pequeña y loca pregunta se formulaba en su cerebro, una locura, un deseo de ver algo más. O ¿era el llamado de IRA?, no menciono a nadie la visita a la tienda, rebusco en su cerebro y se concentro en saber si quería ir. Nunca decidió del todo pero igualmente una semana después entro a la tienda nuevamente. Se encontraba Brian Lubec limpiando una escopeta de doble cañón en el mostrador.

-Señor Clarke, veo que vuelve con más preguntas-

-Esta errado señor, vengo a comprar un viaje a IRA-

-¡Excelente!, tenga usted en cuenta que los viajes son por dos meses, existe un dispositivo de emergencia que le damos por si quiere irse antes pero sepa que no sirve si esta en algún peligro, tardamos mas o menos dos días en llegar hasta IRA-

-¿Cuándo se parte?-

-Tiene usted 3 meses con 20 días para poner sus asuntos en orden y le recomiendo que vaya al gimnasio y practique disparar un arma. Se le suministrara todo lo que necesita, pero no se fíe en lo que tiene en su mochila. Viajara con seis personas mas, no importa que las conozca como le dije cada uno tiene una experiencia única en IRA-

Tres meses y pico mas, se despedía de sus amigos, nunca dijo que iba a visitar esa tierra, para sus allegados iba a viajar por un crucero alrededor del mundo.

El viaje en avión no fue nada paranormal, conoció a sus “compañeros de viaje” y se dio cuenta de que no había mucho interés en conocerse, solo eran unas caras y rostros apenas conocidos. La última parte del viaje fue en un helicóptero de carga, cada uno cargado con una mochila y dos armas, había varias cabañas y refugios en la tierra, pero los mapas eran muy confusos. Cada vez que le preguntaban a los hermanos Lubec como iban a hacer para guiarse por IRA ellos se reían y solamente decían: “pidan indicaciones”.

Robert pensaba que no se iba a mover mucho del lugar de descenso del helicóptero y eso lo frustraba, quería recorrerla y conocerla. En ese momento Brian Lubec grito algo y señalo por la ventana del helicóptero, Robert vio por primera vez IRA, era, era un cráter gigante, por fuera parecía esa extraña formación rocosa australiana, Ayers Rock, totalmente erosionada, lisa y vertical por afuera, por dentro la pendiente era mucho mas suave y se veía que dentro la vida proliferaba tanto o mas que por fuera, mucho verde y azul por todos lados, Clarke saco un cuaderno, donde tenia el tosco mapa de los hermanos Lubec y comenzó a rellenarlo con lo que veía por la ventana, no tubo mucho tiempo, pero comparando con sus compañeros logro esbozar un buen mapa. Se acordó del Sr. Malone, el personaje de “El mundo perdido”, solo que el lo hacia por el y no por una amada loca.

El helicóptero descendió en un claro que había en el centro del cráter, cerca de un lago y el primero en salir fue Brian Lubec, llevaba la misma arma que estaba limpiando, escudriño el terreno unos minutos e hizo indicaciones para que bajaran.

Robert se sentía extraño una mezcla de miedo y ansiedad que lo hacia temblar y sonreír, aunque el clima era cálido, bajo como en cámara lenta y se quedo mirando el paisaje, su primera impresión fue que esta tierra era abrumadora y poderosa, muy poderosa.

El helicóptero se fue, los hermanos Lubec se fueron, Robert se quedo mirando el paisaje hasta que uno de sus compañeros se despidió y se fue, hacia el sur, uno por uno sus compañeros se fueron y el único que quedo mirando el paisaje hasta que la tarde comenzó a perder su lucha con la noche fue el, decidió moverse hasta un bosque cercano. Encontró un hueco en la base de un árbol y después de cerciorarse de que no estuviera habitado se metió a dormir un poco, pensaba en lo que tenia que hacer mañana, hasta que…

-¿perdido? Humano-


¿Diemov?

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Engendro de la Entropía, evolucionado de un Paramecio y desequilibrado sentimental. Que escribe este bolg, sin capacidad de definirse a sí mismo.


Hasta ahora van...